Dejad que sus tiernos compases amenicen vuestro letargo. Que mezan la hamaca de esa tarde de verano. Que el trance inocente de esta pastilla ralentice vuestros impulsos nerviosos. Melodías que podrían serenar al caballo más salvaje y desbocado. Dejaros hipnotizar por Binki, y su dulce voz, edulcorante de cada una de las canciones. Pero también por otra. Una emergida de las sombras. Áspera pero seductora. La de aquel que canta por un amor perdido en la barra de un bar. La de Amarante (antes en Los Hermanos).
Los oí por primera vez en la peli de Drew Barrymore "Whip it". Todo un flechazo, un amor a primera vista. Y estoy segura de que os ocurrirá lo mismo.
¡Adiós bitches!
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