martes, 6 de marzo de 2012

OASIS

¿Por qué olvido cosas importantes y recuerdo otras muchas absurdas, de hace tiempo y nada relevantes en mi vida? ¡Qué caprichosa es la memoria!
El otro día me acordé, sin ningún motivo, de una conversación que mantuve con mi madre un día que me llevaba a casa desde el colegio. Yo llevaba uniforme, y la mochila entre las piernas, y ella hablaba de la boda entre Brad Pitt y Jennifer Aniston. No recuerdo las palabras exactas, pero sí la escena en general. Sin embargo, ayer olvidé totalmente mi cita con el dentista. Y digo yo que ya podría haber ocupado esa parcelita de mi cerebro para algo más útil. Aunque, respecto al dentista, no culpo a mi memoria, sino a mi subconsciente. Guiado ciegamente por mi miedo a esos Eduardo Manostijeras con bata y zapatos blancos y a ese olor a limpio extraterrestre y látex.
Soy de las que no olvida los pequeños detalles. Esos minúsculos aspectos de lo más corriente que la gente ignora sin más: nombres de dibujos animados, letras de canciones, palabras difíciles de pronunciar, la intro de Sailor Moon, lo que comí hace dos semanas...

Por otro lado, y valiéndome de esta habilidad intento recordar chorradas de ese tipo, como cuál fue la primera canción que escuché o aprendí. Pero no logro conseguirlo. Aunque lo que sí guardo en mi memoria es ver, sentada en el suelo del salón peinando a una barbie, el videoclip de Wonderwall. La imagen de las gafas de sol redondas de Liam reflejando unos focos de luz ha tenido desde entonces un sitio reservado en mis recuerdos. Ahora que lo pienso Oasis siempre ha estado presente en mi vida. Gracias en gran parte a mi hermano, un ferviente fan. Y desde que tengo uso de razón, he estado empapada por su música. Por ese sonido a cigarrillos, pintas de cerveza y pubs.
En fin, no pienso rendirme antes los secretos y enigmas que rodean a la memoria . Hasta que alguien no me diga lo contrario seguiré imaginándome a un pequeño elfo en mi cerebro. De esos verdes y con gorro de cascabel. Sentado en una mesita de despacho, clasificando, ordenando, poniendo en espera o simplemente desechando a un vacío tridimensional todos mis recuerdos. 


Será mejor que me retire, antes de que esto empeore. Ojalá estuviera colocada y pudiese así justificarme. Supongo que madrugar nunca me ha traído nada bueno. No me juzguéis por favor. Os lo pido. Prometo que me portaré bien. Ninguna ida de olla más. Al menos por hoy.


¡Adiós bitches!

No hay comentarios:

Publicar un comentario