lunes, 26 de marzo de 2012

Open up my eager eyes

- El jurado le declara culpable de la dispersión mental transitoria que sufre la víctima- dictaría el juez dando un golpe seco con el mazo.
 Yo sería la víctima, y "On the road" el culpable indiscutible.
Desde que comencé a leerlo solo pienso en viajes en coche, autopistas, la América de la represión, los atardeceres en el desierto y despertarme en la cuneta. Sueño con vivir la vida de Sal. Rezo por que no tenga fin. Muero por alcanzarlo.


Justo antes de doblar hoy la esquina de la página, apareció una joven mejicana en algún capítulo, y a pesar de la detallada descripción de Jack Kerouac, no pude evitar imaginármela como la que aparece en el videoclip "When you were young". Y eso me hizo pensar en The Killers
Aunque se disolvieran hace unos años aún siguen vivos en nuestra memoria. Nuestro subconsciente simplemente se niega a asimilar su pérdida.Cierto es que Flowers grabó un disco en solitario, pero a mí me sabe a poco. Solo es una pequeña parte de la esencia del grupo, un resuello casi insignificante, una tostada con mantequilla pero sin mermelada.
En el hipotético caso de que mi iPod se incendiase (muy hipotético, lo sé) y solamente pudiera salvar una canción de ellos no lo dudaría ni por un segundo: Mr Brightside. Podría incluso decir que una vez entrara en mi vida no la he dejado escapar desde entonces. Guardándola bajo llave en lo más profundo de la sección musical de mi corazón. No sé la razón concreta, podría ser por su electricidad, la crudeza de su letra, su poder de transportarte a ese momento que describe, de que compartas su dolor y angustia o podría ser cualquier otra. Quién sabe.
No perdáis la esperanza. Algo me dice que esta banda volverá a unirse, renacerá de entre las cenizas y harán música como solo ellos saben hacerla.


¡Adiós bitches!

viernes, 23 de marzo de 2012

Me gusta tu respirar. El aire que sale de tu boca y acaricia mi cuello. Suave. Cálido. Mi piel de gallina. Aire tuyo. Un trozo de ti que se escapa. Una brisa de tu alma. Me doy la vuelta. Tu cara con mi cara. Querubines en mi estómago. y respiro de ese aire. Solo tuyo. Solo puro. Y el mío se funde con él. Purpurina en el aire. Cae sobre la almohada. Tus pestañas se mueven. Yo a un centímetro de ti. Rozando tu halo. Y tu lunar brilla. Cierro los ojos. Vuelo con tu aire.



¡Adiós bitches!




lunes, 19 de marzo de 2012

Except you and me

Conducir por la autopista con la ventanilla bajada. El aire, a toda velocidad dándote en la cara. Despeinándote. El rock suena a eso. A libertad. A desinhibirse. Y eso es Biffy Clyro. Cuerdas de guitarras que desgarran cada palpitación del corazón. Venas que surcan el cuello. Gotas de sudor que se deslizan por los mechones de pelo. Que vuelan junto a la cabeza, a punto de romper las cadenas que la unen al cuello. Pies que escapan de la gravedad. Manos que se mezclan con el cielo, plagado de letras y acordes.
Ahora escucho Mountains. El altavoz vibra, y yo con él. Mi pierna inquieta, olvida que forma parte de mi cuerpo y mis dedos tocan el teclado al ritmo del piano.
¿Puede exorcizarte una canción?

GRIMES


Si los gatos cantasen lo harían como ella.


En serio.
Al menos yo lo haría.
¡Adiós bitches!

Rey de Lana

¿Producto de buen marketing? ¿Erotismo? ¿Buena música? ¿Pop comercial disfrazado de indie? Lana es la espada y también la pared. Nos hace jugar en esa delgada línea que separa el amor del odio. Trae consigo una atmósfera retro como trampa, esperando que caigamos en ella como indefensos ratoncillos. ¿Nos gusta o nos disgusta Lana del Rey? Sus labios y esa mirada lánguida nos antojan viejas divas del blues. Su autenticidad se esconde tras un nombre artístico con gancho, ritmos ligeros de ultratumba, salas de cirugía y una estética hija del pin-up y del R&B...pero, ¿dónde queda la música? ¿pasa a un segundo plano?
No hay duda de que la música, por mucho que duela, en el fondo es un negocio. Los artistas también necesitan comer claro está. Pero siempre ha existido esa clara diferencia entre el músico que vive para la música y los que viven por ella. El indie y el comercial. Canciones que perduran durante décadas y otras que se olvidan tras el verano. Sin embargo Lana ha roto todos los esquemas. Lo único que queda pues es disfrutar de sus canciones o criticarlas, tararearlas mientras caminas o maldecir a todo aquel que las escuche, dejar que suenen en tu ipod o borrarlas de todas tus listas de reproducción.
Ser pro-Lana o anti-Lana, esa es la cuestión.


 

¡Adiós bitches!

domingo, 11 de marzo de 2012

Get away.



Nadie nace mediocre, sin tener algo que le diferencie. Algo que le haga especial. Todos tenemos una luz en nuestro interior. Puede ser un rayo cegador o una tímida chispa. Puede que esté a simple vista, o allí donde nadie se imagina.
No veas el mundo como un campo de hostilidad y retos, no te refugies en tu sofá de sumisión. No te escondas bajo la manta del conformismo. Sal ahí fuera. Abre los ojos y mira todo lo que ocurre a tu alrededor. Busca el alma que espera ser descubierta en todas las cosas. Y si no la encuentras se tu quien la cree. 
Haz lo que te gusta, no lo que esté de moda, ni lo que todos hagan, sino lo que tú, en lo más hondo de tu corazón disfrutas haciendo. El mundo se ha vuelto cuadriculado, aburrido. Nos hace creer que todos somos iguales. Pero no. Tienes que saber que eso no es así, nunca lo ha sido ni nunca lo será. Todos somos distintos, ni mejores ni peores, sólo diferentes. Todos somos algo raros, pero algunos lo disimulan mejor que otros. Nadie quiere salirse del molde, marcar la diferencia. Y ese es el peor castigo que se le puede desear a alguien. Que se funda con el resto, que se convierta en un autómata, que no se desarrolle hasta lo inexorable. 
No sé donde leí que la vida no está solo para encontrarse a uno mismo, sino también para crearse a uno mismo. No te encierres. No te tapes los ojos. No guardes la llave de tu propio candado. No te pares. Sigue. Camina. Corre. Respira hondo. Aguanta la respiración. Despéinate. Corre de nuevo. No te entierres en el pasado. No pienses en el futuro. Ni tampoco en el presente. Que sea lo que tenga que ser. Que pase lo que tenga que pasar. No tengas miedo.
No dejes que la curiosidad se marchite en tu interior. No dejes que la llama de la vida se extinga.



¡Adiós bitches!

viernes, 9 de marzo de 2012

Spelling

Un niño con pantalón de pana y tirantes. Blusa blanca abrochada hasta el último botón y ¿por qué no? rematada con un pajarita. Tiene gafas de pasta y aparato dental (a poder ser uno de esos que rodean toda la cabeza, que te dan un aspecto de "humanillo de indias" para aliens). Lleva el pelo con raya al lado. Peinado con esmero por su madre. Ella le mira desde una de las sillas, con un pañuelo blanco en la mano secándose las lágrimas. Su padre, al otro lado, captura con una cámara de vídeo cada instante, sin disimular el orgullo que siente hacia su hijo.
Traga saliva y mira disimuladamente a sus contrincantes. Intenta que el castañeo de sus dientes sea imperceptible. A su esplada, una gran bandera de rayas y estrellas ocupa el fondo del escenario. Nota la mirada incisiva de los jueces, que beben agua en vasos de cristal. Sentados en una mesa a su izquierda.
Bienvenidos al mundo de los concursos de deletreo.



A-M-A-N-D-A

R-A-D-I-O-L-A-D-I-O

L-I-F-E-G-O-E-S-O-N

¡Adiós bitches!

martes, 6 de marzo de 2012

OASIS

¿Por qué olvido cosas importantes y recuerdo otras muchas absurdas, de hace tiempo y nada relevantes en mi vida? ¡Qué caprichosa es la memoria!
El otro día me acordé, sin ningún motivo, de una conversación que mantuve con mi madre un día que me llevaba a casa desde el colegio. Yo llevaba uniforme, y la mochila entre las piernas, y ella hablaba de la boda entre Brad Pitt y Jennifer Aniston. No recuerdo las palabras exactas, pero sí la escena en general. Sin embargo, ayer olvidé totalmente mi cita con el dentista. Y digo yo que ya podría haber ocupado esa parcelita de mi cerebro para algo más útil. Aunque, respecto al dentista, no culpo a mi memoria, sino a mi subconsciente. Guiado ciegamente por mi miedo a esos Eduardo Manostijeras con bata y zapatos blancos y a ese olor a limpio extraterrestre y látex.
Soy de las que no olvida los pequeños detalles. Esos minúsculos aspectos de lo más corriente que la gente ignora sin más: nombres de dibujos animados, letras de canciones, palabras difíciles de pronunciar, la intro de Sailor Moon, lo que comí hace dos semanas...

Por otro lado, y valiéndome de esta habilidad intento recordar chorradas de ese tipo, como cuál fue la primera canción que escuché o aprendí. Pero no logro conseguirlo. Aunque lo que sí guardo en mi memoria es ver, sentada en el suelo del salón peinando a una barbie, el videoclip de Wonderwall. La imagen de las gafas de sol redondas de Liam reflejando unos focos de luz ha tenido desde entonces un sitio reservado en mis recuerdos. Ahora que lo pienso Oasis siempre ha estado presente en mi vida. Gracias en gran parte a mi hermano, un ferviente fan. Y desde que tengo uso de razón, he estado empapada por su música. Por ese sonido a cigarrillos, pintas de cerveza y pubs.
En fin, no pienso rendirme antes los secretos y enigmas que rodean a la memoria . Hasta que alguien no me diga lo contrario seguiré imaginándome a un pequeño elfo en mi cerebro. De esos verdes y con gorro de cascabel. Sentado en una mesita de despacho, clasificando, ordenando, poniendo en espera o simplemente desechando a un vacío tridimensional todos mis recuerdos. 


Será mejor que me retire, antes de que esto empeore. Ojalá estuviera colocada y pudiese así justificarme. Supongo que madrugar nunca me ha traído nada bueno. No me juzguéis por favor. Os lo pido. Prometo que me portaré bien. Ninguna ida de olla más. Al menos por hoy.


¡Adiós bitches!

lunes, 5 de marzo de 2012

Bitch the end of your life is near.

Como mantequilla sobre una sartén ardiendo. Así se fundirán las canciones de Frank Ocean en vuestros oídos. Una auténtica delicia. Sonidos electrónicos enlatados, aura futurista, una voz que solo podría tratarse de un don divino. y una vez quedas atrapado en sus melodías, con sutileza, te despierta de ese delicado coma con un ritmo inesperado. 
Dejad que vuestro iPod lo reciba con los brazos abiertos.



También me gustaría dejaros las canciones que se han convertido en la banda sonora de mi fin de semana. Ni siquiera podría dar una cifra estimada de cuántas veces ha sonado. Pero no me arrepiento de nada. Han sido dos fieles acompañantes. Como esos amigos que nunca dejan que la fiesta decaiga, que te invitan a chupitos y te sujetan el pelo cuando van a salir más que palabras de tu boca. Os presento a Bad girls de M.I.A. y 212 de Azealia.



¡Adiós bitches!