GUM

Abrir el paquete por la marca roja. Meterte en la boca el primer chicle. Mascarlo.Exprimir entre tus dientes todo su sabor. Mascarlo aún más. Atraparlo entre tus mandíbulas. Mascarlo hasta la saciedad. Colocártelo en la punta de la lengua. Entrecerrar tus labios para que el aire de tus pulmones choque con esa barrera pegajosa. Que un globo crezca instantáneamente. Sin avisar. Justo delante de ti. Y que finalmente explote en tu cara. Ese chicle son The Submarines.
Un sabor dulce. Químico. Algo estrafalario. Lleno de giros que aparecen en el momento más inesperado pero sí oportuno. Un sonido vulgarmente sofisticado. Un chicle que aun sin sabor no puedes dejar de mascar. Ese chicle que dejas en el lavabo mientras te lavas los dientes para luego volver a tomarlo.

¡Adiós bitches!