No esconde nada, ni tampoco tiene nada que esconder.
Así suenan We are Augustines, los nuevos trovadores, los nuevos poetas de gafas oscuras y guitarra al hombro. Canciones agresivas, hechas para ser escuchadas y un cantante bendecido con una de esas voces crudas, rasposas, auténticas. No tienen desperdicio.
¡Adiós bitches!
